Lunes. El tráfico abordaba las avenidas principales, sobre todo la imponente y tan frecuentada Javier Prado. Personas caminando en filas largas. Policías tomando cada esquina como cuidando al presidente de la nación o evitando enfrentamientos entre las barras bravas.
Pronto, fanáticos con pancartas aparecían ante los ojos de los transeúntes, advirtiendo que se realizaría el más impresionante de los eventos, el rey de los reyes. Él esperado por casi tres generaciones, se trataba del concierto del legendario Mcca, es decir Paul McCartney.
Eran cerca de las 7 de la noche y las calles estaban abarrotadas, no era 28 de Julio ni Navidad, el día de la madre ya había pasado y había mucho más personas que de costumbre, merodeando las calles de la Molina. Cámaras de televisión por doquier, vendedores de merchand, atentos para vender sus productos elaborados especialmente para ese lunes 9 de mayo. Lunes que nadie olvidaría. Digo NADIE!
Es tan raro ver personas de todas las clases sociales rondar las calles un día Lunes, todas por una causa en común. Todas con un mismo objetivo, ver a un Beatle. ¿Quién dijo que la beatlemania había muerto? Claro que no y así lo demostraron los miles de fanáticos que recorrían las avenidas principales con el fin de llegar al imponente Estadio Monumental del distrito de Ate.
Los más privilegiados llegaban en sus lujosas camionetas dibujando una sonrisa en su rostro. Otros en taxi, hasta cierto punto, porque no podían entrar más allá si no tenían pase. Los menos afortunados aplastados en las “combis” que por ese día hicieron su Agosto. Lo cierto es, que el evento convocó a tres generaciones que por esta vez se deleitaban al song de un icono mundial. Se olvidaron por un momento de las diferencias de gustos musicales, de la cumbia, el house y la balada, para deleitarse con un monstruo rockero que jamás pasaría desapercibido “PAUL MC CARTNEY”
Paul McCartney había dibujado una sonrisa en más de 45mil almas. La nostalgia se había apoderado de los más longevos, la alegría , de los nuevos fanáticos y la emoción de todas las tribunas ,que por una noche olvidaban todas sus diferencias , para reencontrarse con el ídolo que jamás se creyó, llegaría a dar un concierto en el país.
Un sueño estaba cobrando vida, una historia se grababa en la memoria de todos.
Así, el momento que nadie quería llegó: “We’re Seargent Pepper’s Lonely Hearts Club Band, we hope that you’ve enjoyed the show!, we’re Seargent Pepper’s Lonely Hearts Club Band, we’re sorry but it’s time to go!”
“Adiós Perú, los veo la próxima vez, see you next time”.
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